ASALTO DOMICILIARIO
Golpe en barrio Constituyentes
Malvivientes le hicieron el “cuento del tío” a dos mujeres. Les robaron dinero y fugaron. Las víctimas sufrieron maltrato físico.
Minutos después del hecho gran cantidad de uniformados se movilizaron por la zona en la búsqueda de los delincuentes. Foto: Danilo Chiapello
Danilo Chiapello
dchiapello@elitoral.com
Fueron dos rufianes los que este mediodía dieron un certero golpe en el corazón de barrio Constituyentes.
Con la vieja modalidad del “cuento del tío” los sujetos se ganaron en el interior de un vivienda y despojaron de una importante suma de dinero a las dueñas de casa, dos mujeres de 88 y 91 años.
Minutos antes de las 12 un moderno automóvil de color negro estacionó sobre calle Crespo, entre Urquiza y Francia.
Segundos después accionaba el portero eléctrico de un inmueble. Cuando la dueña de casa preguntó quien llamaba, comenzó la maniobra.
“Vengo a traer una encomienda para un familiar”, fue lo primero que dijo el hombre todavía instalado del lado de la calle.
La mujer solicitó que si podía pasarlo por debajo de la puerta. Como respuesta el malviviente indicó que “eso no es posible”, agregando que debían apurar el trámite porque había dejado el auto mal estacionado.
La trampa ya estaba echada.
Apenas unos centímetros se abrió la puerta para que el recién llegado diera comienzo a la acción. De un empujón introdujo a la víctima. Junto al ladrón también ingresó un segundo hombre a la casa.
De los cacos se supo que eran dos hombres cuya característica más saliente era su elegante forma de vestir.
El más joven, de unos 20 años, con pantalón y camisa de alto sport. Su compinche, de unos 40 años, con saco y corbata.
Ya en el interior del inmueble comenzó la pesadilla. “Venimos a buscar el dinero”, dijeron como presentación. “Recuerden con la última persona que hablaron en el banco”, agregaron.
Diálogos calientes
Es de hacer notar que la actitud de las víctimas lejos estuvo de amilanarse ante tamaña adversidad.
—No te da vergüenza andar robando... y a mujeres- dijo una de las señoras.
—Es que tengo hijos y tengo que darles de comer- contestó el caco.
—Entonces andá a trabajar... hijo de p...- fue la lapidaria respuesta de las víctimas.
Semejante intercambio de palabras hizo subir aun más la tensión del momento, que llegó a su punto máximo cuando los rufianes “zamarrearon” a las mujeres, a punto tal que la mayor cayó desplomada al suelo.
Como consecuencia de este maltrato las dueñas de casa quedaron con visibles hematomas en brazos y en distintas partes del cuerpo.
Terminados los castigos los delincuentes requisaron cada una de las dependencias de la casa en busca de dinero y objetos de valor.
Una vez que lograron apoderarse una suma los cacos decidieron que era el momento de retirarse del lugar.
Inesperada visita
Si se tiene en cuenta el lugar y la hora del atraco, fácil es advertir que el hecho fue consumado por delincuentes sumamente osados.
Prueba de ello es la forma en que resolvieron la inesperada “visita” de un cadete que llegó a la casa en medio del robo.
El muchacho llegó al lugar llevando un cargamento de medicamentos.
Tras llamar a la puerta fue atendido por un hombre (muy bien vestido) el que le dijo que no podía recibir el envío, porque se encontraba en una emergencia familiar. Con total naturalidad le pidió si podía volver más tarde.
Sin imaginar lo que estaba ocurriendo dentro de la finca el jovencito volvió a montar su bicicleta y regresó a la cadetería donde dio cuenta de lo sucedido.
Este episodio es investigado por agentes de la seccional 4ta., cuyas autoridades hoy estuvieron en el lugar, dando inicio a las tareas de rigor.
La policía entrevistó a obreros de la construcción que trabajan a escasa distancia del lugar del suceso. Foto: Danilo Chiapello
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