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domingo, 15 de enero de 2012

"ASÌ, NO"...A pesar de que llamaron con insistencia al 911, la policía nunca apareció por el lugar

Media hora de angustia de una familia asaltada en su casa de la zona sur

A pesar de que llamaron con insistencia al 911, la policía nunca apareció por el lugar. El hecho trascendió por una filtración informativa ya que la familia asaltada no hizo la denuncia del caso.

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"La policía nunca acudió a los pedidos de ayuda que hicimos al 911 y los ladrones estuvieron media hora en la casa", sostuvo ayer Alina S., integrante de una familia afincada en la zona sur de la ciudad que fue víctima de un robo de consideración la noche del martes pasado. El hecho trascendió por una filtración informativa ya que la familia asaltada no hizo la denuncia del caso. "Si no nos atendieron al pedido de auxilio telefónico para que vamos a hacer la denuncia. No van a hacer nada", agregó la joven mujer.
En la cuadra de Deán Funes entre Corrientes y Paraguay el martes fue un día común y corriente. A las 21.30 el jefe de la familia que sufrió el robo arribó con su auto a la casa y cuando ingresaba el vehículo al garaje fue sorprendido por dos hombres armados que le apuntaron directamente a la cabeza.
En esas condiciones los ladrones metieron al hombre "de prepo" a la vivienda en la que, a esa hora, había otras cuatro personas preparándose para cenar: Alina S., su novio e hijo del jefe de familia, un primo y la madre de su novio. "Estábamos haciendo arroz, ya casi estaba", comentó la joven ayer en diálogo con LaCapital.
Sin que los ladrones lo percibieran, el novio de Alina se escapó por una puerta lateral de la vivienda: "Se fugó por atrás y fue a una casa vecina desde dónde llamó inmediatamente al 911. Pero nunca vinieron", expresó la joven aún angustiada.
Una vez adentro de la casa, con los cuatro ocupantes reducidos en la cocina del inmueble y bajo la custodia de uno de los malvivientes, su cómplice forzó al dueño de casa a recorrer las distintas habitaciones. "Pedían plata, joyas, oro y lo que se les ocurriera", comentó una integrante de la familia. Y recordó que los ladrones tiraban todos los cajones con utensilios de cocina y con papeles al piso para buscar plata.
"No contentos con eso nos llevaron a la planta alta. Es una casa de dos plantas y arriba están los dormitorios", dijo Alina S. Una vez allí les cambiaron el lugar de concentración. Las cuatro víctimas permanecieron por un corto tiempo en un dormitorio mientras los amenazaban: "Dame toda la plata, lo que guardas, la cámara digital", decían los ladrones.
Minutos después, los maleantes forzaron a Alina a entrar a un dormitorio y a otro familiar lo encerraron en una sala contigua. "Permanentemente apuntaban a mi suegro a la cabeza y él les decía que ya les había dado todo, que no había nada más en la casa y lo llevaron junto a su esposa nuevamente a la planta baja", sostuvo la joven mujer.
En tanto, el novio de la chica llamaba insistentemente a la emergencia policial 911 y, según contaron los denunciantes, "sólo les decían que estaban en camino". El muchacho estaba cada vez más nervioso y desde enfrente de su propia casa se comunicó con su padre por teléfono. "Mi suegro estaba recorriendo la casa con los ladrones y cuando sonó el teléfono les preguntó a los que lo capturaban qué debía hacer. Le dijeron que atendiera pero que no hiciera nada raro", contó la chica.
El dueño de casa levantó el teléfono de línea y le dijo su hijo, que sin saberlo los ladrones estaba al tanto de toda la situación, que estaba bien, que no habían pasado grandes cosas pero que "no volviera".
La esposa del dueño de casa, en tanto, les iba entregando a los maleantes las pertenencias mientras los ánimos comenzaban a ponerse difíciles. Ya habían pasado al menos veinte minutos de la incursión de los delincuentes, que a cara descubierta, se alzaron con "poco dinero en efectivo, los celulares, relojes, una notebook pequeña y algo de joyas", dijo Alina.
"Mi suegro les decía que se fueran, que les había dado todo, que él se olvidaba de sus caras, pero no se iban", recordó la chica y acotó que, para ella, "los ladrones estaban drogados, actuaban demasiado frenéticamente".
Alina se mostró asustada e indignada."Mi familia tiene mucho miedo. Tuvimos que cambiar las medidas de seguridad de la casa, cortar los árboles, poner luces, todo un trabajo que lo hacemos por que nos sentimos desprotegidos".
Queremos buenos policìas, que respeten y hagan honor al uniforme que llevan puesto.   Ese uniforme no es para cualquiera, el que no sea digno de usarlo, que se vaya de la fuerza...Comentado y publicado por Miguel...

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