Translate

martes, 15 de noviembre de 2011

"SE INVESTIGA: El accionar de la Divisiòn Control de adicciones"...La familia Montaño: perseguida, tiroteada, acusada, maltratada...(segùn sus relatos)...

“Nos quisieron hacer firmar un acta que era una farsa”

Manuel Montaño, junto a su esposa embarazada y su pequeña hija, fueron interceptados por efectivos de Drogas Peligrosas, quienes abrieron fuego sobre el vehículo en el que circulaban
Manuel Montaño junto a su esposa y su pequeña hija vivieron este miércoles las peores horas de su vida. Primero creyeron ser víctimas de un asalto e intentaron escapar. Pero en la persecución que fue casi de película recibieron dos balazos que impactaron sobre el vehículo en el que circulaban. Pensando que se encontrarían a salvo al acudir a un lugar concurrido, estacionaron en la esquina de Aristóbulo del Valle y Galicia. Advirtieron allí que no se trataba de un intento de robo, sino de un operativo de la Policía.
En  forma prepotente esposaron a Manuel y lo llevaron a una despensa a la que antes había ido con su familia a comprar una tarta. Le informaron que se trataba de un procedimiento de Drogas Peligrosas. Pese a reiterar varias veces que se trataba de una confusión y que chequearan su identidad e inocencia, no fue escuchado por los agentes de Drogas Peligrosas. Peor aún, el juez dispuso su liberación una hora después de haberse notificado de los graves episodios pero las fuerzas de seguridad -según el dramático testimonio brindado a Diario UNO- lo mantuvieron detenido durante 17 horas. En el interín, la policía quiso hacerle firmar un acta en la que se lo acusaba de haber disparado y de haber arrojado unas “bolsitas” que lo vinculaban con el procedimiento.
“Eran cerca de las 21.15 cuando  llevamos a  mi suegra a su casa de barrio Don Bosco. Paramos a comprar algo para comer en la despensa a la que habitualmente vamos pero estaba cerrada. Entonces fuimos a otra de calle San Jerónimo”, comenzó a contar Manuel.
“Desciendo yo y le pregunto si tenía tarta. Como me dice que no, emprendemos la marcha y a los 20 metros nos encierra un Volkswagen clarito con ocupantes armados que se bajan y nos apuntan con un arma. Mi señora me dice «nos asaltan»,  y decidimos esquivarlos. Cuando estamos llegando a la otra cuadra sentimos un par de disparos que pegan en el vehículo, uno en mi puerta y el otro atrás. Doblamos y pensamos que habíamos zafado de un asalto pero no fue así porque seguían atrás nuestro”, explicó.
“Decidimos ir a un lugar con gente –continuó– y nos acordamos del carribar de Aristóbulo y Galicia. Paramos en la dársena y llega el mismo vehículo que nos seguía. Yo me bajo de la camioneta, los ocupantes de ese auto me tiran al piso, me patean y me esposan. A mi señora la golpean y la ponen contra el vehículo con la nena en sus brazos”.
Manuel cuenta que recién en ese momento advirtió un distintivo de Drogas Peligrosas. “Les digo entonces que se habían equivocado de persona, que no era yo lo que estaban buscando, que soy una persona de bien. Pero me hacen callar y me dicen que ellos están haciendo su trabajo”, explica.
“Al poco tiempo llegan más policías. Les pedimos que revisen ahí mismo el vehículo porque se lo querían llevar a otro lado. Revisaron todo y no encontraron nada. Luego nos separaron. A mí me llevan en una camioneta de la policía, les pregunto adonde vamos y me contestan «adonde quisiste comprar las tartas»”.
A Manuel le explican que en ese lugar estaba previsto realizar un allanamiento que contaba con  una orden del juez. “Presenciamos el operativo hasta las 6 de la mañana. Siempre nos trataron como delincuentes. La mujer de la despensa decía que nosotros no teníamos nada que ver, que éramos clientes ocasionales pero no le creyeron. A esa hora realizan el acta y me comunican que quedo en calidad de detenido por atentado a la autoridad”.
La esposa de Manuel aclara que “cuando pegan dos tiros a la camioneta se dieron cuenta de lo que habían hecho y tratan de buscar por algún medio involucrarnos”. “Adujeron que yo les disparé un tiro y que por eso ellos respondieron”, dijo el hombre.
Su mujer contó además que en un momento “un testigo que estaba adentro de la camioneta tenía cuatro bolsitas que supuestamente eran las que nosotros tiramos. Nos culparon de cosas que jamás hicimos”, expresó, al tiempo de denunciar que en ningún momento apareció personal femenino para tratar con ella.
Manuel retoma su relato y cuenta que a las 6 de mañana le preguntan si iban a firmar el acta, a lo que ellos se niegan rotundamente. “Era una farsa y lo inventaron todo para vincularnos con un delito”.
Pero las cosas no quedaron allí, Manuel y su esposa fueron trasladados al destacamento policial ubicado cerca de Cilsa, donde tuvieron que seguir brindando declaraciones. Luego los volvieron a separar y llevaron al hombre a la Primera. “Allí quedo detenido en una jaula prácticamente, solo y sin nada. Después de unas tres horas me ponen en una celda con siete internos más. Siempre incomunicado y con un trato terrible que no quiero que le pase a ninguna persona”, expresó angustiado.
 Luego de varias horas que parecieron eternas, su mujer logró comunicarse con el juez Troncoso, quien le dijo que la libertad de Manuel estaba dictada desde las 22 de la noche anterior. “Ahí también me entero la versión de la policía. No le hicieron caso ni siquiera a los jueces. Delante mío llamaron a los de la Primera para decirles que estaba su libertad pero no lo habían liberado”, explicó la mujer.
Manuel pudo salir de la comisaría a las 3 de la tarde, 17 horas después. Una situación que el hombre juzga intolerable.
 

Denuncia en Asuntos Internos
La familia Montaño aún no se explica porqué tuvieron que atravesar ese terrible periplo. “La pasamos muy mal, estamos nerviosos y con mucho miedo, pero sobre todo queremos que se aclare esta situación para salvar nuestro nombre”, expresaron.
Ese mismo jueves, Manuel y su esposa radicaron la denuncia en Asuntos Internos. Luego fueron recibidos por el juez Troncoso quien les dio su palabra de que se iba a interiorizar sobre el caso. En tanto, ayer se reunieron con el ministro de Seguridad Álvaro Gaviola y luego, junto a personal de Asuntos Internos, hicieron la reconstrucción del hecho. Para hoy están previstas nuevas diligencias. “Gaviola se puso a disposición para esclarecer el caso y mostrar a la sociedad que somos inocentes”, dijeron. “Todo esto es para demostrar que no tenemos nada que ver. Ellos quedaron en hacer una investigación para dar con los responsables”, concluyeron.

Fuente: Diario UNO
"inocentes, hasta que se demuestre lo contrario", asì pensamos y sostenemos en este blog. Alentamos siempre al " buen policia ", amable, efectivo, recto, profesional, reflexivo. Si un policìa tiene estas cualidades, entonces " no necesita golpear y maltratar"...Comentado y publicado por Miguel...

No hay comentarios:

Publicar un comentario