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miércoles, 16 de noviembre de 2011

"MUERTE DEL POLICÌA: Habla su viuda"... subteniente Héctor Daniel Luján...


"HACÍA 120 HORAS EXTRAS PARA PODER ACCEDER A UN SUELDO DECENTE"



  


Lo dijo la esposa (foto) del subteniente asesinado en 7 y 72. En su casa de 87, 11 y 12 recordó cuánto trabajaba Luján para cumplir los proyectos de su familia. Ella no quiere venganza. Sí justicia.

Nancy tiene 32 años y es la esposa del subteniente Héctor Daniel Luján, asesinado en la madrugada del domingo pasado, cuando fue a demorar a un joven que protagonizaba serios disturbios en 7 y 72. No plantea revanchas ni enarbola banderas de muerte. Con la voz bajita y las lágrimas mojando su cara, dice: “No quiero que lo maten (al culpable). Eso no me devolverá a mi esposo”. Y enseguida se lanza a hablar de él, porque ya se sabe que nombrar a alguien ayuda a que nunca se vaya del todo.
En la puerta de su casa de 87, 11 y 12, Nancy contó que “era muy trabajador, muy familiero y muy colaborador”, y describió cómo eran sus días: “Si entraba a las 16 en la comisaría (Octava), salía a las 8 de la mañana, de ahí, de 9 a 14 iba al supermercado chino de 85 entre 9 y 10, y a las 16, hasta las 21, tendría que haber ido al aeropuerto de 13 y 610”.
Luján tenía dos hijas de 5 y 13 años. Esta semana había cerrado un plan de pagos en el salón de fiestas “Puerto de Palos” para el cumpleaños de 15 de su hija mayor. “Era una sorpresa para la nena. Y para pagarlo iba a hacer más horas extras. El le quería dar el gusto. No le importaba el sacrificio”, señaló Nancy.
Héctor era fanático de Gimnasia y del Indio Solari. Raúl, el hermano del subteniente, tiene la filial Pedro Troglio en 15 entre 78 y 78 bis, y cada vez que podía, Luján iba a la cancha o a Estancia Chica para ver a los jugadores. En cuanto a su pasión por Solari, ya tenía la entrada para el próximo recital del Indio en Tandil.
Los domingos que tenía franco, iba con su familia a alguna plaza, y priorizaba eso ante cualquier otra cosa. Nancy está a punto de terminar la Tecnicatura en Marketing, y aunque la carrera es cara, Héctor se la estaba pagando.
“A pesar de todo el esfuerzo que hacía, vivimos en la casa de mis viejos. Justo el domingo pasado habíamos ido al Barrio Sicardi para ver un terreno. Queríamos comprarlo y construir algo ahí”, dijo Nancy.
Las palmas y ofrendas florales no entraban en la sala velatoria, se acercaron decenas y decenas de policías, pero la mujer se mostró molesta con las autoridades. “El que se muere siempre es el vigilante, porque es el que la pelea en la calle. Mi esposo pasó a ser un número”, detalló la mujer.
“A pesar de que llevaba 20 años de servicio, tenía que hacer 120 horas extras para lograr un sueldo más o menos decente. El 29 de octubre cumplió años y en medio de la fiesta nos dijo que había señado el salón de fiestas para nuestra hija. A pesar de que eso significaba un gran sacrificio”, relató la mujer.
“Fue una mala suerrte terrible. Mi esposo nunca se sacaba el chaleco y se enojaba con los compañeros que lo hacían. El disparo rebotó en el suelo y le entró por debajo. Lo operaron cerca de tres horas. Cuando lo vi, estaba con respirador, sólo pude estar con él unos minutos”, recuerda. Y llora.
Fuente: El Día
Caido en el cumplimiento del deber, llorado por su familia, llorado por la familia policial, criticado por los " simplistas de siempre"..."Despreciado por las autoridades polìticas de turno"...Desde este blog le rendimos honores...Comentado y publicado por Miguel...



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