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jueves, 18 de octubre de 2012

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Desnutrición en Níger: “Estamos en una emergencia desde julio”

Tanya Bindra
Tanya Bindra

En el Día Mundial de la Alimentación, entrevistamos a Pascual Caballero, pediatra de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Madaoua, una pequeña ciudad en el centro de Níger. La organización trabaja en esta y otras seis zonas del país para prevenir y tratar la desnutrición infantil. El programa de Madaoua tiene dos frentes: el apoyo a centros de salud del distrito para el tratamiento ambulatorio de niños con desnutrición aguda severa, y el trabajo en el hospital local, donde ingresan los niños desnutridos que tienen alguna complicación.

¿Qué te encontraste cuando llegaste a Madaoua?

Un hospital nacional con pocos recursos, en el que MSF está a cargo de la sala de pediatría y el centro de recuperación nutricional intensiva, donde se ingresan los niños desnutridos que tienen alguna enfermedad más y por lo tanto están más delicados. Existe una demanda asistencial muy alta y un alto porcentaje de niños con desnutrición aguda severa.

¿En qué consiste tu trabajo?

Desde que llegué a Madaoua, mi trabajo ha consistido en aumentar la calidad asistencial del equipo de médicos nacionales del hospital. Ahora mismo tenemos ocho jóvenes médicos generalistas nigerinos que deben cubrir los turnos para atender a los más de 350 niños que tenemos ingresados, las 24 horas del día. Ha sido complicado contratar médicos nacionales porque no hay muchos en el país. Yo formo a estos médicos para mejorar sus habilidades técnicas en pediatría y les apoyo en la asistencia diaria a los niños.

¿Cómo es la situación actualmente?

Desde julio estamos en un periodo de emergencia, en el que aumentan simultáneamente los casos de desnutrición aguda severa y de malaria. Actualmente tenemos a 350 niños ingresados. La semana pasada ingresamos entre 75 y 80 niños cada día. Aproximadamente un 30% de estos niños ingresó en el centro nutricional y el resto en la sala de pediatría, la gran mayoría por malaria. Por ello hemos adaptado nuestra capacidad a las necesidades. El equipo logístico ha montado varias tiendas de campaña en el recinto del hospital, donde hemos acomodado a decenas de niños. Montaremos y desmontaremos las tiendas que hagan falta para atender a todos los que lo necesitan.

¿Cuáles son las principales patologías que tratan?

La mayoría de los niños que están ingresados en el hospital sufren desnutrición aguda severa, asociada con neumonía, gastroenteritis, parásitos intestinales, anemias, lesiones en la piel, etc. Además, de forma estacional, tenemos muchos casos de meningitis bacteriana durante la época seca, y de malaria en la temporada de lluvias. Ahora estamos en medio de la época de lluvias y el número de casos de malaria ha aumentado muchísimo.

¿Qué está siendo lo más difícil de tu trabajo hasta ahora?

Saber que Níger es un país con muy pocos recursos y que MSF tiene una capacidad de acción limitada. Tú como médico tratas a un niño con diarrea, pero luego vuelve a casa y no tiene acceso a agua potable. O su familia depende de una agricultura de subsistencia condicionada a la presencia o no de lluvias. Asumir que las condiciones socioeconómicas de este país dificultan la solución global a medio y largo plazo. En este escenario, MSF hace un enfoque de medicina de urgencia e intenta cubrir las necesidades básicas inmediatas de la mayoría de niños de la zona.

¿Cuáles son los retos a los que hacés frente?

Aunque las dificultades están ahí, el trabajo va dando resultados. Todo el equipo se esfuerza en detectar los diferentes problemas de salud de esta población y trabaja para resolverlos. En las últimas semanas, hemos hecho un esfuerzo por informar a la población sobre la prevención de la malaria y tratar con premura los enfermos, para disminuir el impacto sobre los niños más pequeños. Por mi parte, el reto es dar formación de pediatría a los médicos locales para aumentar la calidad asistencial y el acceso a la salud de esta población.


En Níger, MSF lleva a cabo proyectos nutricionales en las zonas de Madaoua, Bouza, Dakoro, Guidan Roumdji, Madarounfa, Magaria y Zinder. Desde principios de 2012, MSF ha tratado más de 69.900 niños con desnutrición aguda severa en el país.

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