Francotiradores en la historia
Scharfschütze, franc-tireur, sniper, qunnas, paco. La figura del francotirador se remonta varios siglos atrás; ya en 1867 durante la primera guerra angloafgana certerosfrancotiradores afganos fueron capaces de detener el avance de las columnas británicas.
Medio siglo después, durante la Primera Guerra Mundial, fue demostrada la eficacia de los francotiradores en la guerra de posiciones fijas; ocultos en tierra de nadie, estos disparaban a cualquier enemigo que se dejase ver desde su trinchera, minando de esta forma la moral de un enemigo que no se sentía a salvo ni en sus mismas posiciones. A pesar de ello, los francotiradores aún no formaban parte del cuerpo militar de muchos de los ejércitos presentes en la contienda, además, no habían sido entrenados como tales y en algunas ocasiones empleaban como arma de precisión fusiles de caza equipados con visor. Pero fue en la Segunda Guerra mundial donde la especialización de los fusiles y un mayor refinamiento de la técnica dieron lugar a una gran difusión y desarrollo de los tiradores de elite.
Estos combatientes estuvieron ya presentes en todos los ejércitos y frentes, apoyando con su fuego preciso y certero al resto de unidades de infantería, aunque fue en algunas batallas donde fue destacada su presencia, como Dieppe , Monte Casino, Stalingrado , Arnhem , Berlín, o el atolón de Kwajalein (Japón). Sin duda fue en la defensa de la ciudad rusa Stalingrado donde los francotiradores desempeñaron un papel fundamental en el desenlace de la batalla.
Los tiradores rusos, escondidos entre las ruinas producidas por los intensos bombardeos de la Luftwaffe y la artillería disparaban contra todo soldado enemigo que no estuviese a resguardo, como así lo demuestra el testimonio de un oficial alemán : “Nuestro batallón ha atacado cuatro veces, y nos han detenido las cuatro. Los francotiradores matan a cualquiera que se aventure sin cautela y no esté a cubierto”.
Durante la batalla de Stalingrado numerosos francotiradores rusos se hicieron populares, como es el caso de Vassili Ivanovich Zaitsev, un pastor de los Urales que tan solo diez días después de entrar en combate ya había acabado con más de 40 alemanes, hasta llegar a su increíble cuenta de 149 enemigos abatidos. Vassili no fue el máximo “as” de los tiradores soviéticos, hubo otros francotiradores que consiguieron cifras más altas, como Ilin con 185 blancos o Zikan con 224.
Además de la batalla de Stalingrado hubo otras acciones donde se vieron involucrados los francotiradores, es el caso de Dieppe en el que tiradores alemanes infundieron el caos en las costas al tomar como blancos a los radio operadores y artificieros, impidiendo con ello el avance de los carros de combate a través de las playas sembradas de obstáculos y minas, o también Monte Casino, donde unos pocos francotiradores alemanes consiguieron detener el avance de las tropas Neocelandesas, o el atolón de Kwajalein , en el que francotiradores japoneses detuvieron a una compañía estadounidense hasta que esta no contó con el apoyo de carros de combate y artillería.
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